Por Paco Sales, SM. Asistente de pastoral de la Provincia SM y responsable de pastoral de la red de Colegios Marianistas
Un año más en Zaragoza. Un año más celebramos la Pascua con los jóvenes de Guinomai (1º de Bachillerato). Un año más el Señor nos sorprende no estando donde lo buscamos. Sí, todavía buscamos entre los muertos al que vive. Todavía no acabamos de creer que está vivo y actúa. Todavía pensamos que los jóvenes no creen. O que solo se mueven por emociones pasajeras. Todavía vivimos anclados en la convicción de que no están para estas cosas; de que no hay sujeto para acoger la semilla del Evangelio. Todavía pensamos que no entienden porque están en otra onda; o que no son capaces de desconectar de las RRSS para conectar con Dios. Estas son las creencias que yo mismo tengo que poner delante de Dios cada Pascua para que Él las haga rodar como corrió la piedra del sepulcro. Estas son las cegueras que aún persisten en mi mirada pastoral y que cada Pascua son sanadas al reconocer tanto bien como obra el Resucitado en el corazón de los jóvenes. Sí, como nos dijo Sara Martí, la muerte existe, pero Dios también.